Esta modalidad combina técnicas de Hatha yoga tradicional, de Iyengar yoga, Ashtanga yoga y prácticas, como la respiración o el despertar de la conciencia testigo (sakshi) que conducen a desarrollo de la sensibilidad, del estado de contemplación, a habitar el cuerpo despertando la conciencia que éste tiene.

Este método se caracteriza especialmente por proponer un espacio de conexión, de encuentro, libre de exigencias que lleven a más rigidez.

La intensidad y la precisión con blandura es la síntesis de la profesora Verónica Belloli, después de 20 años de práctica.

Técnicas de hatha yoga

• Sat karmas (actos de limpieza):
  
  • Trátaka: purificación de los ojos
  • Kapálabháti: Purificación de las vías respiratorias
  • Agni sara: Purificación de los intestinos
• Asanas (posturas): utilizando la técnica de Iyengar para el armado de las asanas (ver técnica de Iyengar yoga)
• Prácticas varias como: pranayama, ejercicios respiratorios, mudras (gestos energéticos), bandhas (cierres enérgéticos), relajación, meditación, mantras.

Cuando utilizamos técnicas para corregir afecciones específicas hablamos de yogaterapia. Estas clases están dirigidas para los que se inician en la práctica de yoga, como para aquellas personas que tengan afecciones articulares, cardíacas, respiratorias, etc. y que no puedan incorporarse a otros grupos de prácticas más exigentes desde el plano físico.

Aprendizaje de los principios básicos de las posturas, alineación, respiración, cuidado del cuerpo, desarrollo de conciencia corporal.

Desarrollar un estado de contemplación que nos permita trabajar con la intención de la sanación puesta en la práctica.

Las fascias y los músculos se organizan en un sistema de 6 cadenas Mio-Fasciales, cada una de las cuales genera un patrón postural.

Traumas, emociones sostenidas en el tiempo, el tipo de alimentación, vicios posturales, etc., envían información al Sistema Nervioso Central, que a su vez la reenvía a la cadena respectiva, y se va grabando un patrón postural y de movimiento.

Si hay un exceso de tensión en una de las cadenas, el sistema se desequilibra y comienza a haber compensaciones y disfunciones, y por lo tanto, en muchos casos, dolor y falta de movilidad.

En Yoga Mio-Fascial liberamos los puntos de anclaje de las fascias para que las articulaciones recuperen la movilidad, y aprendemos a disociar el movimiento de cada esfera (cráneo-tórax-pelvis-pies). Además, trabajamos el patrón respiratorio para equilibrar las presiones dentro del cuerpo y buscamos mantener el balance tensional de las cadenas.

Integramos a la práctica los Yamas y Niyamas, en especial Ahimsa, Santosha y Tapas (no violencia, contentamiento y constancia).

En las prácticas de Yoga Miofascial, buscamos recuperar ese equilibrio, poniendo o quitando tensión de las cadenas para desatar el nudo que hace que el sistema trabaje generando compensaciones, que luego se traducen en disfunciones. Lo primero es conocer nuestras cadenas mio-fasciales predominantes para poder identificar el patrón tipológico postural, en función del cual se realizará una práctica de ejercicios de toma de consciencia, respiratorios y posturales. No se busca la postura perfecta, sino devolverle al cuerpo la libertad de movimiento en cada esfera.